Europa
El candidato proeuropeo se opone al auge de los populismos, Emmanuel Macron considera a Europa como el pilar central de su diplomacia desde hace cinco años y como solución a los problemas medioambientales y de seguridad de Francia.
Catalogada como un "escudo" durante la crisis sanitaria, Europa es, a los ojos del candidato presidencial, una forma de aumentar el poder del país. En particular, aboga por reforzar su autonomía energética y sus capacidades militares.
Europa también es vista por Macron como una oportunidad para alcanzar sus objetivos ambiciosos en torno a la transición energética gracias al Pacto Verde para Europa, que debería permitir alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
Por último, el mandatario quiere aprovechar su presidencia de la UE para reformar el espacio Schengen. Su objetivo declarado es reforzar las fronteras exteriores europeas y armonizar las normas de asilo y apoyo a los refugiados y a los migrantes.

A diferencia de su campaña de 2017, cuando Marine Le Pen abogaba por salir del euro y de la Unión Europea (UE), la candidata de Agrupación Nacional quiere ahora permanecer en el bloque para "reformarlo desde adentro". Pretende hacer valer la superioridad del derecho nacional sobre el europeo, lo que para sus detractores equivaldría a un "Frexit".
Para ello, quiere actuar en conjunto con sus aliados húngaros y polacos, calificando el "motor franco-alemán de la UE" como una "cuasi-ficción". Marine Le Pen también acusó al presidente saliente de no "defender los intereses de Francia" frente a Alemania y reiteró su deseo de romper todos los acuerdos de cooperación militar-industrial celebrados desde 2017.
Sin embargo, la candidata de extrema derecha aseguró que no "alberga ninguna hostilidad hacia la nación alemana" y abogó por el "fortalecimiento de las relaciones bilaterales" en los ámbitos educativo y cultural.
Marine Le Pen también afirma que quiere reducir la contribución de Francia al presupuesto europeo en 5.000 millones de euros y que restringirá los poderes de la Comisión Europea. En cuanto al espacio Schengen, ya no quiere abandonarlo, pero pretende restablecer los controles fronterizos temporales para forzar las negociaciones sobre un nuevo tratado.
Inmigración
Según el Observatorio de Inmigración y Demografía de Francia, la inmigración nunca ha sido tan alta como en el quinquenio de Macron: se concedieron 255.675 primeros permisos de residencia a inmigrantes no europeos en promedio anual entre 2017 y 2021. Un récord para Francia.
Para Emmanuel Macron, la inmigración es "una oportunidad" y el presidente saliente defiende regularmente la tradición de acogida de Francia, así como el derecho de asilo. Sin embargo, cree que hay que repensar el sistema y considera que las medidas de deportación de los inmigrantes indocumentados son ineficaces.
Para aumentar el número de expulsiones, el presidente-candidato quiere que las denegaciones de asilo vayan acompañadas sistemáticamente de la obligación de abandonar el territorio francés (OQTF).
Por otro lado, Macron quiere revisar las condiciones de acceso a los permisos de residencia de más de cuatro años condicionándolos a "una prueba de lengua francesa y a un verdadero proceso de inserción profesional". Los procedimientos de examen de las solicitudes se acelerarían, pero una denegación iría acompañada automáticamente de un procedimiento de expulsión simplificado.
Emmanuel Macron también tiene la intención de continuar con su política de sanciones contra los Estados que se niegan a retornar a sus nacionales. Para ser devueltos, deben tener un "pase consular" (LPC) y algunos países son reacios a expedirlos.

Frenar la migración ha sido uno de los elementos centrales del programa de Marine Le Pen. Asegura que quiere poner fin a la reagrupación familiar, suprimir el derecho a la tierra y limitar el acceso a la nacionalidad francesa solo a la naturalización basada en criterios de mérito y asimilación.
La candidata de Agrupación Nacional también quiere establecer que los trámites de las solicitudes de asilo se hagan desde el extranjero. Promete expulsar "sistemáticamente" a los inmigrantes ilegales, a los delincuentes y a los criminales extranjeros.
La preferencia nacional, el ADN del Frente Nacional de su padre Jean-Marie Le Pen y luego de Agrupación Nacional, está en el centro de su estrategia. Este establece que cualquier persona de nacionalidad francesa tendrá ventaja sobre un extranjero, sobre todo en lo que respecta al acceso a la vivienda o al empleo. Marine Le Pen quiere consagrarlo en la Constitución mediante un referendo de iniciativa ciudadana, como exige el artículo 11 de la Carta Magna francesa. El objetivo es eludir el control del Consejo Constitucional, que sólo puede emitir un dictamen consultivo sobre una ley aprobada por referendo.
La candidata de extrema derecha pretende reservar la asistencia social a los ciudadanos franceses y condicionar el acceso a las prestaciones de solidaridad a haber hecho cinco años de trabajo en Francia.
Marine Le Pen también promete suprimir el permiso de residencia para cualquier extranjero que no haya trabajado por lo menos durante un año en Francia y suprimir la Ayuda Médica del Estado (AME).
Memoria
En 2017, el candidato Emmanuel Macron había calificado la colonización como un "crimen contra la humanidad" durante una entrevista con la televisión argelina, provocando la ira de gran parte de la clase política francesa, especialmente de Marine Le Pen. Ante la controversia, suavizó sus afirmaciones.
Durante su quinquenio, basándose en las recomendaciones de un informe del historiador Benjamin Stora sobre la colonización y la guerra de Argelia, el Elíseo abogó por una serie de actos simbólicos pero no por las disculpas, posición que provocó tensiones con Argel.
Así, Emmanuel Macron ha multiplicado los gestos destinados a reconciliar la memoria: los reconocimientos del asesinato del militante comunista Maurice Audin y del abogado nacionalista Ali Boumendjel; la restitución a Argelia de los cráneos de los resistentes argelinos del siglo XIX o la petición de perdón a los harkis en nombre de Francia.
En noviembre de 2017, durante un discurso en la Universidad de Uagadugú, en Burkina Faso, Emmanuel Macron también se comprometió a posibilitar restituciones temporales o permanentes del patrimonio africano en Francia dentro de cinco años. El 9 de noviembre de 2021, 26 obras de arte fueron devueltas a Benín.
Por último, los cinco años de mandato de Macron también estuvieron marcado por un acercamiento a Kigali a raíz de la publicación del informe Duclert (sobre los archivos franceses relativos a Ruanda y el genocidio tutsi). En una visita oficial a Ruanda en mayo de 2021, Emmanuel Macron reconoció "pesadas y abrumadoras responsabilidades" en el genocidio tutsi de Francia, pero nuevamente, sin pedir perdón.

Marine Le Pen no dedica ninguna línea de su programa a políticas relacionadas con la memoria, pero sus posiciones son bien conocidas. Durante la conmemoración del sexagésimo aniversario de los Acuerdos de Evian, dijo que se negaba a "flagelarse ante Argelia" y se opuso a la fecha del 19 de marzo como día nacional de recuerdo de las víctimas de la Guerra de Argelia "porque hubo decenas de miles de harkis que fueron brutalmente asesinados" posteriormente.
Cuando Emmanuel Macron reconoció en marzo de 2021 que el activista argelino Ali Boumendjel había sido "torturado y asesinado" por el Ejército francés en 1957, la candidata ultraderechista denunció el envío de "señales desastrosas de arrepentimiento, división y odio a sí mismo". Durante su conferencia de prensa sobre su política exterior, el miércoles 13 de abril, Marine Le Pen prometió un "discurso sin complicaciones, claro y comprensible para Argelia", y además la voluntad de "mantener relaciones amistosas" con este país.
Además, Marine Le Pen pretende utilizar la escuela para transmitir una historia de Francia cuyo contenido habrá sido previamente definido por el Parlamento y el Ministerio de Educación Nacional, abriendo así la puerta a una reescritura de los programas.
Lucha contra el terrorismo en el Sahel
El compromiso militar de Francia en el Sahel se constituyó como un importante tema en la política exterior del país galo desde la intervención de François Hollande en Mali con la Operación Serval en 2013. Esta se convirtió en Barkhane y ha continuado bajo el liderazgo de Emmanuel Macron, con algunos éxitos pero aún incapaz de frenar la espiral de violencia yihadista.
Frente a un poder militar hostil en Bamako, Francia y sus aliados anunciaron en febrero de 2022 la retirada de sus tropas de Malí. A pesar de este revés, Emmanuel Macron quiere mantener la presencia militar francesa en la región y reorganizar la fuerza Barkhane. Ahora se están llevando a cabo conversaciones con el vecino Níger y otros países de África Occidental para evitar una expansión yihadista hacia el Golfo de Guinea.

Marine Le Pen no expresó una posición precisa sobre la lucha contra el terrorismo en el Sahel y no dijo una palabra sobre Mali el miércoles 13 de abril, durante una conferencia de prensa dedicada a su política exterior.
Su programa se limita a afirmar que quiere consolidar "asociaciones estratégicas" con Chad y Níger. En febrero, dijo que estaba a favor de la salida de las tropas francesas de Malí, "cueste lo que cueste".
También en febrero, tras la expulsión del embajador francés de Malí, propuso hacer lo mismo con el embajador maliense de Francia, a pesar de que dicho país no tenía enviado en el país galo desde hace dos años. También propuso "bloquear todos los activos de los dirigentes malienses en Francia", así como "la ayuda al desarrollo a Mali" y "todas las transferencias financieras, incluidas las individuales, de Francia a Mali".
Guerra en Ucrania
Desde hace varias semanas, Emmanuel Macron oscila entre adoptar una actitud firme con Moscú y mantener el diálogo con Vladimir Putin. Una gran discrepancia que le ha valido muchas críticas, ya que el presidente no ha conseguido ningún resultado con el jefe del Kremlin antes y desde el inicio de la guerra en Ucrania.
En Ucrania se creó la palabra "macroner". ¿Su definición? "Intentar explicar a los asesinos que no está bien matar a la gente".
Cuando Joe Biden se refirió al presidente ruso como "carnicero" o cuando usó la palabra "genocidio", el presidente francés hizo un llamado a la prudencia. Sin embargo, aboga por una investigación internacional que reúna pruebas de crímenes de guerra.
En cuanto a la adhesión de Ucrania a la Unión Europea, Emmanuel Macron no es partidario a corto plazo, pero no quiere cerrar la puerta a Kiev.
Macron también pide a Europa que reduzca su dependencia de los hidrocarburos rusos. Persiguiendo el fin de establecer una soberanía energética de Francia, el jefe de Estado es especialmente partidario de desarrollar la energía nuclear.

Marine Le Pen afirmó que estaba dispuesta a entregar "elementos de defensa" a Ucrania –con lo que se refería a armas no letales–, pero no armas pesadas, lo que, según ella, convertiría a Francia en un "co-beligerante" junto a los ucranianos contra Rusia.
Durante la campaña electoral de 2017, Marine Le Pen fue recibida por Vladimir Putin. En febrero, dijo en una entrevista con ‘CNN’ que no había habido "invasión rusa" de Crimea en 2014 y que los habitantes se sentían "rusos".
La candidata ultraderechista sigue pagando un préstamo de 9,4 millones de euros a un acreedor vinculado a antiguos militares rusos, contraído en 2014. Para financiar su campaña de 2022, recurrió a la Hungría de Viktor Orban: el MKB (Magyar Külkereskedelmi Bank) le prestó 10,6 millones de euros.
Aunque sus opositores la acusan regularmente de tener vínculos con las autoridades rusas, ella cree que se trata de un "juicio especialmente injusto". "Siempre he defendido solo el interés de Francia", dijo, señalando "similitudes" con su oponente Emmanuel Macron, que había recibido al presidente ruso en Versalles y luego en Brégançon, deseando "rearmar a Rusia ante Europa".
Marine Le Pen modificó algunos de sus comentarios sobre Vladimir Putin al final de la campaña, renunciando a un "acuerdo" militar con Moscú. El 4 de abril, mencionó los "crímenes de guerra" en Ucrania tras el descubrimiento de cientos de cadáveres de civiles en la región de Kiev.
Otan
El presidente francés es muy crítico con la OTAN, pero sigue creyendo en la utilidad de esta alianza político-militar defensiva creada en 1949, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania.
Tras declarar a la Alianza Atlántica "descerebrada" en 2019, Emmanuel Macron quiere una mejor cooperación entre los países miembros.
Para su segundo mandato, el presidente saliente quiere reforzar "la coordinación de nuestras operaciones con nuestros aliados europeos con un cuartel general europeo (...), vinculado a los centros de mando nacionales y de la OTAN".

Marine Le Pen es partidaria de que Francia abandone el mando integrado de la OTAN, pero precisó el miércoles 13 de abril, durante la presentación de su proyecto diplomático, que permanecería en la Alianza y no "renunciaría a la aplicación" de su artículo 5, que obliga a un Estado miembro a asistir a otro en caso de agresión.
No quiere ni la "sumisión" a Moscú o China, ni "seguir a la Administración Biden", que le parece "demasiado agresiva con Beijing".
Por el contrario, Marine Le Pen defiende un "acercamiento estratégico entre la OTAN y Rusia" una vez terminada la guerra en Ucrania. "Es en interés de Francia y Europa, pero también, creo, de Estados Unidos, que no tiene (...) ningún interés en que surja una estrecha unión sino-rusa", sentenció.